Melody recibe tratamiento oportuno gracias al apoyo del Centro de Desarrollo Integral y la iglesia local.
Cuando Melody era una niña pequeña, comenzó a mostrar complicaciones: pasaban días sin mojar el pañal, algo inusual para su edad. En el hospital público fue diagnosticada con malrotación intestinal. A lo largo de su vida ha lidiado con dolor abdominal crónico, retención de líquidos, infecciones urinarias y otras complicaciones digestivas.
Melody vive con su madre soltera y sus dos hermanos menores en una comunidad urbana y empobrecida de República Dominicana. Indiana, su madre, es estilista, y ha tenido que luchar para atender a una niña que requiere atención médica constante.
Sin embargo, Melody, con 11 años, es una niña sonriente y conocida en su comunidad, no solo por su espíritu luchador, sino porque ama la gimnasia. Pasa tiempo practicando saltos, puentes, paradas de manos y otras acrobacias con sus amigas.
“Melody es una verdadera luchadora que no se queja de los problemas médicos que ha enfrentado”, comenta su tutora Yanisleidy. “En su lugar, transmite esperanza. Me encanta tenerla en clase, porque es un ejemplo de optimismo.”

Enfrentando la malrotación intestinal
“Hace cuatro meses, Melody se quejaba de un dolor abdominal crónico. La llevé al hospital público más cercano”, relata Indiana. “Gracias al fondo médico del centro, pudimos pagar los estudios necesarios. Descubrieron piedras pequeñas en los riñones y necesitaba tratamiento.”
Melody ha sorprendido a médicos y vecinos con su resiliencia frente a las crisis de salud.
“El dolor abdominal llega sin avisar. A veces me pasa en casa o en la escuela, pero ya sé cómo manejarlo. Estoy agradecida con mi mamá y con el fondo médico del centro, que me permite recibir tratamiento.”

Tratamiento médico oportuno
Desde que se inscribió en el Centro de Desarrollo Integral a los 3 años, Melody ha estado bajo tratamiento y seguimiento médico. Asiste mensualmente al nefrólogo, quien monitorea su condición.
“El tratamiento médico de Melody y su actitud optimista han sido la clave de su perseverancia”, afirma Indiana. “A pesar del diagnóstico, los doctores dicen que es tratable, por eso ella ha podido seguir adelante.”
Melody también valora mucho la relación con sus patrocinadores.
“Siempre recuerdan mi cumpleaños y me hacen sentir especial. Agradezco su apoyo, los regalos y las cartas tan bonitas que me envían.”

“He tratado de no enfocarme en mis problemas de salud, a pesar de las emergencias médicas que he pasado. En lugar de eso, le doy gracias a Dios por cada día e intento vivirlo al máximo.” — Melody, 11 años
Melody demuestra con su sonrisa y determinación que, incluso en medio del dolor, se puede florecer. Gracias al apoyo continuo del centro y la iglesia local, esta valiente niña sueña en grande: no solo aspira a ser profesora de gimnasia, sino también una fuente de inspiración para quienes la rodean. Su historia es un testimonio vivo de cómo un entorno de amor, fe y acompañamiento puede transformar vidas, permitiendo que la esperanza se convierta en acción —y que los sueños más grandes se vuelvan posibles.
Autora: Juana Ordóñez Martínez, Fotorreportera de Compassion Honduras.


